Turning and turning in the widening gyre The falcon cannot hear the falconer; Things fall apart; the centre cannot hold; Mere anarchy is loosed upon the world, The blood-dimmed tide is loosed, and everywhere The ceremony of innocence is drowned; The best lack all conviction, while the worst Are full of passionate intensity.
Surely some revelation is at hand; Surely the Second Coming is at hand. The Second Coming! Hardly are those words out When a vast image out of Spiritus Mundi Troubles my sight: somewhere in sands of the desert A shape with lion body and the head of a man, A gaze blank and pitiless as the sun, Is moving its slow thighs, while all about it Reel shadows of the indignant desert birds. The darkness drops again; but now I know That twenty centuries of stony sleep Were vexed to nightmare by a rocking cradle, And what rough beast, its hour come round at last, Slouches towards Bethlehem to be born?
Vuelta tras vuelta en la torva creciente no puede oír al cetrero el halcón. Todo se destruye; el centro no puede resistir; crasa, la anarquía se desborda sobre el mundo; opaca de sangre, la marea se desborda, y por doquier la ceremonia de la inocencia se ahoga. Los mejores carecen de toda convicción; en cambio, los peores están llenos de brío apasionado.
Seguramente alguna revelación se apronta Seguramente la segunda venida se apronta ¡La segunda venida! Difícilmente surgen esas palabras cuando una vasta imagen fuera del Spiritus mundi turba mi vista: en algún lugar, en las arenas del desierto, una figura con cuerpo de león y cabeza de hombre, una mirada blanca e inmisericorde como el sol, mueve sus lentos muslos, mientras todo en derredor revuelve las sombras de las desérticas aves indignadas. Cae la oscuridad de nuevo; pero ahora sé que veinte siglos de sueño pétreo fueron turbados hasta la pesadilla por una cuna meciéndose, ¿y qué burda, salvaje bestia, al llegar al fin su hora, se contorsiona hacia Belén para nacer?
Hay dos músicos no católicos que deseo que estén en presencia de Dios. Uno es Johann Sebastian Bach. Sé que fue protestante. Fue luterano toda su vida. Sólo compuso una misa para el culto católico. Sin embargo, todos sus trabajos corales y oratorios exudan una devoción a Dios que se contagia. Sus letras son sencillas: para que el pueblo germánico las entendiera. El otro músico no es cristiano. Ni siquiera es occidental. Es un musulmán paquistaní místico, dedicado a cantar las alabanzas de Dios, Nusrat Fateh Ali Khan. Un poeta de Dios en todo mérito.
Nusrat nació en Pakistán en 1948. Murió en Londres en 1997. Su familia se había dedicado a la poesía y cultos religiosos islámicos por más de 600 años. A lo largo de varios siglos en el norte de Pakistán, en la región del Punjab, se desarrolló un encuentro entre la cultura musical india y el islam en su vertiente mística que es el sufismo. El sufí, practicante místico de sufismo, vive con la convicción de que Dios está siempre cerca, o sea que el contacto con Él es asequible. Esto, independientemente de que Dios sea un misterio inescrutable para la lógica y que esté fuera de la comprensión racional. De tal modo el sufí no se enreda en cuestiones filosóficas, sino que vive intensamente el misterio de las paradojas divinas en el gozo de su contemplación.
La poesía mística sufí expresa las verdades que brotan de la contemplación de Dios en clave de paradojas. De modo que no son una serie de explicaciones, sino de enigmas insolubles que acercan al creyente a la unión con Dios de un modo más directo. En una serie de invocaciones, relatos y paradojas, el cantor y poeta transmite sus sentimientos y reflexiones sobre la inefabilidad divina junto con la fuerte experiencia de su presencia.
Foto: Leo Arslan
¿Cómo es el qawwali?
El qawwali es un tipo de canto y poesía mística que habla sobre el gozo humano ante la inefabilidad de Dios. Es una obra coral y colectiva, guiada por un cantor principal, y se acompaña con instrumentos de la tradición indostaní, como la tambura y el tabla, así como del armonio y de las palmas de todos los presentes. El término qawwali viene del árabe qawal, que significa “recitación”, en este caso, una recitación literaria, que se convierte en reflexión personal y colectiva de una comunidad. Generalmente el qawwali se canta en urdu, una lengua indoeuropea parecida al hindi, pero que se habla en Pakistán. Naturalmente, asume muchos términos islámicos en árabe clásico.
En Pakistán, se conoce a Nusrat como el “shahenshah-e-qawwali”,o sea, el emperador del qawwali, pues llegó a ser un gran intérprete de este género religioso y popular. A la fecha es tenido como un gran ejemplo. Con su música encendió la devoción a Dios en el corazón de muchos musulmanes alrededor del mundo. Pero ¿cómo está estructurado este género de poesía? Hay muchos subtipos de esta literatura, pero, en general, tiene cinco partes: Primeramente hay una improvisación musical, llamada Ragga, propia de la música india. Luego vienen unas breves palabras sobre la naturaleza divina. Viene después un relato cosmogónico, que une a la divinidad con el cosmos. Continúa un relato islámico, propio de esta religión. Al final viene una reafirmación de la absoluta presencia de Dios, independientemente de que esté llena de paradojas para nosotros.
Asomo a algunos versos de qawalli: Hay una pieza o poema de qawalli que me encanta. Se intitula Allah Hoo, que se traduce como “Dios es”. En esta pieza, se hace énfasis en que Dios “simplemente” es, y que es inútil buscar otra explicación, sino que sólo hace falta vivir el gozo de la experiencia de la unidad con Dios. En ese sentido, el cantor ayuda a que los oyentes se acerquen a la unidad con Dios, no a través de razonamientos, sino por la experiencia del misterio divino que es una paradoja que se contempla con deleite.
Al principio de esta pieza, el poema dice: “ Rey de reyes, el que no tiene igual (…) Cada ser testifica que Tú estás presente. Cada ser canta tus glorias. Tú estás presente en cada ritmo, en cada tonada. De tu Nombre está cada comienzo y a tu Nombre va todo fin” Con estas palabras el cantor pretende decir que Dios no es lejano, sino que está presente en todas las cosas, o que ellas apuntan a Él. Dios no es las cosas, pero ellas apuntan a él. Más bien, Él está presente antes que ellas, en un “nada” que significa la ausencia de las criaturas. El relato cosmogónico dice de ello: “Cuando no existía esta región, ni existía la tierra. Cuando ni la luna ni el sol existían ni tampoco el universo. Cuando el Secreto de la existencia no había sido dado a nadie. ¡Cuando no había ahí nada, no había nada más que Tú!” El poeta manifiesta con este verso la superioridad causal de Dios, que no se identifica con ninguna cosa, y que está fuera del tiempo, pero le da referencias bellas como la del sol, la luna, y la presencia divina.
El poema continúa refiriéndose a la gloria de Dios presente en todas las cosas y dejando en confusión a la mente humana, sobre todo la del filósofo, que es demasiado analítica: “Cada cosa refleja tu gloria. Cada ser grita que Tú eres el Sustentador. Dios es. Es la distinción de tu Rostro misterioso. Tu eres el eterno Señor del universo. Cada instante tu muestras tu gloria y azoras a la mente inquisitiva, Cada rama canta las alabanza de tu creación. Cada hoja manifiesta la gloria de tu creación.” La mente inquisitiva no puede disfrutar de la unión con Dios, por eso el asombro da paso a la aceptación sin exigir una explicación racional limitada a la naturaleza humana. Luego, en el relato islámico, el poema refiere al episodio del viaje nocturno, en el que Mahoma, guiado por el ángel Gabriel viajó a Jerusalén y de ahí, montado en la creatura alada Buraq, visitó el Cielo y vio a Dios:
“Cuando el profeta ascendió á los cielos y fue removido el velo entre el Señor y el sirviente (…)” Con ello se hace una referencia a la vida de Mahoma como autoridad, que busca quitar lo que separa a Dios de las creaturas. Yo, desde una perspectiva católica, me conmuevo profundamente con este genero de poesía mística. Hay muchos aspectos que aprender de ella para mejorar nuestra relación con Dios, pues el qawwali es fundamentalmente oración, yo digo que es casi un sacramento, pues hace sentir viva la presencia de Dios a una comunidad.
Me quedo con tres aspectos. Por una parte, con que Dios está siempre presente y no es difícil encontrarlo porque toda la creación apunta a Él. Luego con la aceptación de que nuestro intelecto humano se puede confundir y ofuscar ante las paradojas divinas. No hace falta explicación, solo hace falta sentir y vivir la experiencia de unión divina. Por último, cuando visito al Santísimo, no puedo evitar recordar el verso que dice que el velo que separaba al Señor del sirviente fue removido. Si al Profeta le fue dado ver a Dios de modo breve y fugaz, aquí en el sagrario puedo ver a Dios sin el velo y por un largo tiempo. Puedo ver y dejarme ver. Se puede dejar hacer al Creador la unión mística. El cantor con características de profeta. El cantor, en este caso Nusrat, como un poeta místico, es eminentemente un factor de unión entre la gente y Dios. Por eso tiene características de profeta: indica a la gente que Dios está presente y se deja alcanzar. Que somos nosotros quienes ponemos obstáculos para experimentar su presencia al tratar de explicarla. El poeta tiene funciones de profeta por estas características:
Dice las verdades de Dios en lenguaje sencillo, incluso si son complejas paradojas.
Transmite su devoción profunda e intensa hacia Dios, con palabras, canto y gestos. Puede hacerlo con seguridad y gozo patente. Invita a los demás a mostrar devoción a Dios.
Manifiesta que las paradojas divinas pueden contemplarse con disfrute y aceptación. No necesitan de explicación.
Muestra las cosas que no son evidentes, y profundiza el sentido de la poesía como reflexión.
Invita a los oyentes a cambiar de vida para que vivan en la constante presencia de Dios, dejen las acciones y cosas que apartan de Él, y vivan con fe y felicidad. Te dejo aquí las dos versiones del mismo canto. Del segundo traduje del inglés los versos citados. Con ello podemos abrirnos a comprender otras tradiciones religiosas que hablan sobre la experiencia de Dios en lo cotidiano.
Salvo por la pena de muerte que, desgraciadamente, todavía existe en algunos órdenes jurídicos, la cárcel es la pena física máxima que se puede imponer a una persona, por lo menos en los regímenes civilizados.
En la historia de la literatura se cuentan numerosos casos de escritores y poetas que han pasado –justa o injustamente– un tiempo en prisión, y que desde su experiencia de reclusión han producido bellísimos ejemplos del poder liberador de las letras.
Todos sabemos que el Quijote nació en la Cárcel Real de Sevilla, mientras Cervantes (que ya había sido prisionero 5 años en Argel) enfrentaba un proceso por malversación de fondos públicos como resultado de su trabajo como recaudador de impuestos, pero su caso, si bien célebre, no es inusual.
El gran poeta y místico español, San Juan de la Cruz, pasó 8 meses en reclusión dentro de la cárcel conventual de los carmelitas de Toledo, debido a los conflictos derivados de la pugna entre calzados y descalzos; y durante esos meses de injusta cárcel comienza la composición de una de sus obras más apreciadas, el Cántico espiritual, en el que se refleja la desolación de un alma –la esposa– que se ve abandonada de su amado, que es como San Juan de la Cruz se refiere a Dios:
¿Adónde te escondiste, amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huiste, habiéndome herido; salí tras ti, clamando, y eras ido.
Pastores, los que fuerdes allá, por las majadas, al otero, si por ventura vierdes aquél que yo más quiero, decidle que adolezco, peno y muero…
Cántico espiritual
San Juan de la Cruz. Óleo Vicente Berdusán, 1676.
Por su parte, el poeta maldito Paul Verlaine tuvo que pasar dos años en la cárcel de Mons, en Bélgica, por haberle disparado a su joven amante, el también poeta, Arthur Rimbaud, en un ataque de celos y delirio alcohólico.
Durante su periodo de reclusión, Verlaine escribió Romanzas sin palabras, basado en su tormentosa relación con Rimbaud, así como un libro de poemas llamado Carcelariamente, que nunca se publicó.
Llora en mi corazón como llueve en la ciudad. ¿Qué es esta desazón que hiere mi corazón? ¡Dulce rumor de la lluvia por tierra y en los tejados! ¡Para un alma con abulia, oh el canto de la lluvia! Porque llueve sin razón en esta alma que se asquea. ¡Cómo! ¿ninguna traición? Este duelo es sin razón. Es, claro, la pena peor, la de no saber por qué, sin encono y sin amor, siente mi alma tal dolor.
Romanzas sin palabras – Llueve suavemente sobre la ciudad
Paul Verlaine. Foto: M. Dornac, museo Carnavalet.
Oscar Wilde pasó también dos años en la cárcel, acusado de sodomía y de grave inmoralidad, debido a su relación con Lord Alfred Douglas, hijo del marqués de Queensberry. Para el carácter sensible y delicado de Wilde, la cárcel de Reading fue un tormento, y durante el tiempo que permaneció ahí escribió su libro-epístola, De Profundis, dirigido a su antiguo amante, en la que alcanza verdaderas cimas estéticas en medio del dolor. Pero también es producto de su experiencia en la cárcel, la Balada de la cárcel de Reading, un poema escrito después de su liberación, pero en el que refleja sus impresiones a partir del ahorcamiento de un excompañero de prisión, Charles Wooldridge, que había sido miembros de la Guardia Real y que fue condenado a muerte por haber asesinado a su propia esposa.
No tenía ya chaqueta roja como es el vino y es la sangre; y sangre y vino eran sus manos cuando le hallaron el cadáver de la pobre mujer que amaba, y a la que dio muerte el infame.
Andaba él entre los presos con traje gris y con gorrilla: Parecía feliz su paso. Mas nunca antes ví en la vida un hombre tal que, intensamente, mirara así la luz del día…
Balada de la cárcel de Reading
Oscar Wilde, 1882. Foto: Napoleon Sarony.
Pero quizá uno de los mayores ejemplos de poeta encarcelado que encontró en las letras una forma de liberarse, hasta trascender su propia realidad de encierro, es Miguel Hernández, poeta de la Generación del 36, que durante el tiempo que pasó en la cárcel de Torrijos, como resultado de su filiación política republicana, después de la guerra civil española, recibió una carta de su mujer, en la que le contaba que sólo tenía pan y cebollas para comer. El poeta escribe a partir de esa carta sus maravillosas Nanas de la cebolla, en las que si bien se refleja el dolor y la impotencia que siente por estar separado de su familia, también dirige su pensamiento hasta su hijo recién nacido, que se alimenta sólo de la leche de su madre, y le recomienda la risa, la alegría y la esperanza, como un signo del futuro y de la vida que no se apaga.
Alondra de mi casa, ríete mucho. Es tu risa en los ojos la luz del mundo. Ríete tanto que en el alma al oírte, bata el espacio.
Tu risa me hace libre, me pone alas. Soledades me quita, cárcel me arranca. Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea.
Es tu risa la espada más victoriosa. Vencedor de las flores y las alondras. Rival del sol. Porvenir de mis huesos y de mi amor.
Nanas de la cebolla
Como si ser privado de la libertad no fuera suficiente castigo, las personas que pasan por la experiencia de la cárcel muchas veces afrontan, además, maltratos, injusticias y humillaciones. Quizá por eso, la cárcel también es un espacio en el que algunas personas, sobre todo las que están dotadas de un especial talento o sensibilidad, buscan formas de expresión que los libere internamente.
Las nanas de la cebolla de Miguel Hernández. Música Joan Manuel Serrat.
Estoy pensando en la blanca sal que da sabor a todo alimento, pero si pierde su condimento ¡Tírala al polvo, porque es igual! Y digo; ¡Cuánto será mi mal si no te tengo, Señor, adentro! Pues cuando miro, yo no te encuentro en lo que guarda mi corazón; sufro yo entonces la cruel pasión de quien da vueltas sin tener centro.
¿Con qué milagro se ha de salar la sal vacía de su substancia? O ¿Con qué ciencia, arte o constancia puede un desierto volverse mar? Pero no quiero, Señor quedar desperdigado por el camino en el que pasas, cual peregrino, con tus dolores, llanto y caídas. Yo quiero darte lo que me pidas, pero antes dalo, Señor con tino.
Vierte en mi polvo sólo una gota de las que lloras, yendo de largo; que un solo trago de llanto amargo sabrá salar a mi sal, tan rota; que si mi llanto sin sabor brota, el tuyo sabe lo que es amor y en él salado sabrá mejor el mío que toda la sal del mundo. ¡Haz que, probando dolor fecundo, llore y te sepa, Dulce Señor!
Have you stopped and listened to the rain? Its rhythm… its cadence… its continuity… its subtlety… Can you venture the fruitfulness hidden in every drop?
Speak Lord, in the wisdom of Nature!
Mercy hides in every drop safeguarding the opportunity of future life…
Each drop smashes into every corporeal thing with a dose of reality. Each tender drop, in unity with the storm, reveals a power of order and renewal… And my sensibility shifts as I feel the drops hitting my face… And I am open to discover the treasures hidden in smallness. This time, in the smallness of a drop.
With this watery caress You renew the earth, and as I acknowledge this miracle, I am reminded of how Your grace cleanses my soul anew.
Water that allowed my growth and existence…
Holy water of baptism that allows the hope of my salvation…
And I pray for those who live amidst a drought of the water that saves. And specially, for those who ignore their thirst for the living waters.
True life that only You can give.
Let me be a drop swallowed in the ocean of Your grace.