¿Marte es la salvación?

¿Marte es la salvación?

Por Alma Liliana Díaz Martínez

Desde hace más de 70 años, Marte ha estado en la mira del hombre. Después de la Luna, el planeta rojo se nos presenta como la meta más próxima en el espacio. Se enfatiza en la palabra “meta”, porque la era espacial inició como una competencia directa entre naciones, cuyo afán era mostrar su poder económico y liderazgo político. Ahora, la competencia aparentemente no es entre naciones,  sino entre la humanidad y las condiciones terrestres que apuntan a que, en un futuro tal vez no muy lejano, el ser humano ya no contará con las condiciones necesarias para vivir en la Tierra. La meta de la colonización de Marte es sobrevivir.  

The Mars Society es una organización mundial, que desde 1998, investiga sobre los beneficios de explorar y crear una colonia en Marte. Con el objetivo en la mira, lanzaron una convocatoria para diseñar una ciudad autosostenible para un millón de habitantes. Los científicos e ingenieros de The Mars Society afirman que los proyectos,  conformados por especialistas de varias disciplinas como arquitectura, astrofísica, aeronáutica o biotecnología, son alentadores y viables. Esta comunidad científica, no sólo busca justificaciones para colonizar Marte, sino que también ha ideado los medios -para al menos intentar- hacerlo posible. 

Cosmonauta Foto: Tom Leishman

Sin embargo es preciso detenernos un momento a reflexionar, porque no todo avance científico y tecnológico es un bien para la humanidad, la naturaleza y el cosmos. La sabiduría popular afirma: “no todo lo que brilla es oro” y es por ello que es necesario analizar la ética que guía los estatutos de The Mars Society, quienes afirman que las “razones para ir a Marte son poderosas” y que la colonización por sí misma es una “causa noble”; sin realmente mencionar aquellas poderosas razones y  la nobleza de colonizar un sitio inhabitado. ¿Acaso no es un eco de otras colonizaciones injustificadas?

La comunidad científica tiene opiniones divididas. Así como los científicos de The Mars Society están a favor de la colonización, otros científicos han reflexionado al respecto y han elegido la postura contraria. Algunos argumentos, principalmente a favor, pueden verse en los documentales One Strange Rock y The Mars Generation, disponibles en Netflix. One Strange Rock es narrado por astronautas de la NASA y en uno de los capítulos (Escape) plantean las contrariedades biológicas de la colonización de otros planetas. Plantear la idea del escape es un vistazo a que el mayor motivo es la supervivencia. Los principales motivos que debemos reflexionar son: 

  1. El origen de la vida: 

Después de diversos hallazgos en Marte, se concluyó que la vida no es un elemento exclusivo del planeta azul. Este descubrimiento de la vida en Marte da luz para comprender el origen de la vida en la Tierra. 

  1. La planetología comparada y la clave de la supervivencia: 

El hombre ha modificado las condiciones ambientales y la consecuencia es el cambio climático que pone en peligro a la naturaleza y al hombre. Los estudios sobre Venus permitieron una mayor comprensión sobre el proceso. Al comparar las transformaciones de otros planetas y compararlas, podemos obtener la información necesaria para entender y afrontar el proceso en la Tierra.  

Las dos primeras razones están fundamentadas en el progreso científico; la primera tiene un telos (finalidad) comprensivo de la vida misma, intenta entender la vida a partir de la naturaleza; mientras que la segunda tiene un propósito más práctico, pues no busca entender el fenómeno, sino incidir de alguna forma en la transformación del cambio climático terrestre contando con parámetros interplanetarios. Esta última razón resulta paradójica, si pensamos que el cambio climático es un efecto postindustrial, entonces por un lado la ciencia que generó el avance industrial, ahora pretende revertirlo buscando respuestas fuera de la Tierra que ella misma ha dañado.

Autostop a Marte
Foto: Tom Leishman
  1. Cooperación internacional: 

Aceptar el desafío de colonizar Marte, debería ser una actividad internacional que muestre la cooperación entre naciones. “Marte serviría como ejemplo de cómo la misma acción conjunta podría funcionar en la Tierra en otras empresas.”

  1. Motivar el interés científico y tecnológico: 

Motivar a los jóvenes para educarse en ciencia y tecnología, para que se conviertan en los innovadores del futuro, capaces de crear nuevas empresas que proporcionen un rendimiento económico, científico y tecnológico para sufragar los gastos de la colonización. 

Cuando leemos noticias sobre la forma en que los gobiernos y los empresarios compiten por tener los desarrollos tecnológicos más innovadores, tenemos la certeza de que no se trata de una tarea conjunta.  La idea de colonizar connota la ambición de poseer y de dominar un territorio. Basta con mencionar el proyecto espacial de Elon Musk, quien además propone un autogobierno que desconoce las leyes terrestres. 

Elon Musk habla sobre el proyecto Space X y la nave Falcon 9 para The Mars Society en 2006. Fuente: FlyingSinger en Flickr

La ciencia no es ajena a los intereses económicos y políticos provenientes de “campos extracientíficos”. La ciencia moderna es un producto histórico cultural que no puede entenderse fuera del capitalismo e incluso es una de sus fuerzas motoras. Esto se observa a en la cuarta razón, cuando educarse en “ciencia y tecnología” tiene como finalidad no el conocimiento, sino la creación de empresas para generar rendimientos y sufragar gastos. Los beneficios se visualizan principalmente en la manutención del propio proyecto de exploración y colonización.

¿Qué hay del ideal de la ciencia para alcanzar el bienestar? ¿Por qué el bienestar general es medido sólo en términos económicos?¿Acaso nos iremos todos? Es evidente que cuando se plantea la colonización de Marte, no se pretende salvar a la humanidad, sino a aquellos que puedan costearlo. Un ejemplo es la película Snowpiercer del cineasta surcoreano Bong Joon-ho basada en el cómic Le Transperceneige de Jacques Lob (Netflix la adaptó en una serie); para detener el calentamiento global, los científicos congelan la Tierra y los únicos supervivientes son aquellos que compraron un pasaje de tren -divido en clases- y aquellos que lograron subirse al tren en condiciones poco favorables. La supervivencia no debería depender del poder adquisitivo, y sin embargo también en la colonización de Marte, podría observarse el mismo patrón. Si la colonia está planeada para un millón de personas ¿quiénes o qué decidirá quiénes serán los habitantes?  

  1. Una nueva humanidad:

El Nuevo Mundo marciano es una oportunidad para llevar a cabo el noble experimento para que la humanidad se deshaga del viejo bagaje y pueda comenzar de nuevo. Tomar aquello que es lo mejor y dejar atrás lo peor.

Esta razón es sumamente peculiar y desata varias preguntas. La primera es ¿por qué merecemos otra oportunidad? Y ¿para qué? Se entrevé la culpa por el mal comportamiento hacia la vida terrestre, pero en lugar de intentar remediarlo se busca una escapatoria. Qué fácil es abandonar un edificio en llamas, sin hacer algo para apagarlas.  Quien pide otra oportunidad está consciente de que ha fracasado. La idea de empezar de nuevo es completamente inviable, ¿cómo desprendernos del bagaje cultural que nos ha llevado a esta situación límite de tener que buscar un espacio habitable fuera de nuestro propio planeta? ¿Colonizarán bebés que no han sido socializados previamente? ¿Crearán ellos mismos su propio lenguaje, cultura, normas, estructuras, ciencia sin precedente alguno? ¿Quién será el juez con la moral suficiente para seleccionar lo mejor de nuestra herencia y dejar atrás lo peor? ¿Cómo nos aseguraremos de no volver a cometer los mismos errores  y evitar caer en un eterno retorno?

Foto: Tom Leishman
  1.  Antropocentrismo:

La humanidad es más que un simple animal, es la mensajera de la vida. Sólo el ser humano, entre todas las criaturas, tiene la capacidad de continuar la creación al llevar la vida a Marte y Marte a la vida.  Al hacerlo, haremos una declaración profunda sobre el valor de la raza humana y de cada miembro de ella.

El planteamiento de la superioridad del hombre, es a todas luces un juicio de valor que le ha dado al hombre la voluntad de auto nombrarse tutor de la naturaleza, pero desde una perspectiva científica: ¿cuál es la demostración empírica de esta superioridad? El  principio de toda crítica de la sociedad se enfrenta con el problema de la objetividad histórica asentada en dos puntos: 1) el juicio que afirma que la vida humana merece vivirse, o más bien que puede y debe ser hecha; y 2) el juicio de que, en una sociedad dada, existen posibilidades específicas para un mejoramiento de la vida humana y formas y medios específicos para realizar esas posibilidades. 

Entonces, nos topamos con que los motivos de la ciencia están fundamentados en juicios de valor, que se asumen sin discutirse. Si el hombre intenta huir de un planeta que no supo tutorar desde su “superioridad racional”, ¿por qué es valiosa la vida humana? ¿Por qué merece sobrevivir a una catástrofe natural que él mismo ha creado? Y en caso de que la colonización de Marte y quizá después de otros planetas se hiciera, ¿formaría a un mejor ser humano y una mejor vida? 

  1. Materia prima:

Marte es un planeta semejante a la Tierra, con los elementos y materia necesaria para sustentar la vida y la sociedad tecnológica. 

En esta última razón, nos encontramos con la idea de la dominación de la naturaleza. Marte es un lugar como cualquier otro, que no escapa de la racionalidad instrumental-técnica del hombre; un nuevo lugar para explotar, tal y como hemos hecho con la Tierra.

Nave aproximándose a Marte
Fuente: NASA/JPL-Caltech

¿Quién asegura que la humanidad no destruirá ese planeta? ¿Quién nos da el derecho de privatizarlo y explotarlo? Todas  las ciudades humanas deben construirse con materiales nativos, en otras palabras, los materiales para toda construcción provienen del planeta. Esto implica que la colonia en Marte se construiría con materiales marcianos y así comenzaría la explotación y saqueo de sus recursos. 

Colonizar Marte enarbolando la bandera de la explotación, la misma explotación que nos ha llevado a una situación extrema en la Tierra, no nos salvará, sólo prolongará la agonía. La destrucción de la naturaleza (terrestre y marciana) para alcanzar la supervivencia de nuestra especie parece inevitable. 

Marcuse critica a la tecnología en El hombre unidimensional; afirma que se trata de una nueva forma de dominación humana  que se incorpora a la vida misma en forma de comodidad y progreso. La tecnología aliena a los hombres para aceptar sin criticar y seguir reproduciendo desigualdades, injusticias (entre los hombres y con la naturaleza) en nombre de la Razón.  En el fondo esta  sociedad marciana estará sumergida nuevamente en la “irracionalidad de la racionalidad”, en la explotación justificada por la técnica, la economía, la supervivencia y la fascinación por el progreso. Quizá sea posible colonizar Marte y abandonar al planeta agonizante que por tanto tiempo ha cargado con nuestra vida; escapar del barco para verlo hundirse, pero por mucho que corramos, no podemos huir de la condición humana. Y mientras sigamos siendo lo mismos, sin importar a dónde vayamos, cumpliremos nuestro destino. La colonización en Marte, inevitablemente, está condenada a fracasar desde el comienzo.

MDNMDN