El estrés hídrico: la otra crisis de México

por | Feb 25, 2022 | 0 Comentarios

Por Mariana Garay

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Algunas crisis nacionales o mundiales suceden de manera súbita y sin previo aviso. Tal es el caso, por ejemplo, de la crisis causada por un terremoto; otras crisis en cambio se dan “en cámara lenta”: se gestan lentamente, y se puede prever su impacto y sus consecuencias, aunque no por ello se trata de crisis menos relevantes. Tal es el caso del estrés hídrico en México: el desperdicio, contaminación y falta de agua.

De no actuar ágilmente, en los próximos años tendremos una verdadera crisis no solo de salud sino económica por la falta de agua en gran parte del país, ya que corremos el riesgo de llegar pronto al día cero, como ha sucedido ya en Ciudad del Cabo en Sudáfrica. 

En economías emergentes como México, los recursos naturales y la población parecen un arma de dos filos: son oportunidad y son riesgo. México definitivamente tiene oportunidades para desarrollar negocios con materias primas y cadenas de suministro de un sector primario consolidado. El crecimiento poblacional representa un mercado potencial de consumo, pero también de recursos humanos preparados. Esto es una combinación atractiva para empresas globales que buscan implementar en México estrategias de centro-plataforma para sus operaciones en la región (nearshoring) y globales (offshoring), pues ante la crisis de cadena de suministro de 2021 las empresas repensaron las estrategias operativas para reducir riesgos en este rubro.

México es un destino de inversiones y una atractiva plataforma para desarrollar nuevos negocios. Además de ofrecer un estado de derecho sólido, certidumbre, atractiva apertura comercial con 12 Tratados de Libre Comercio con más de 42 países, la suposición de los recursos naturales debe considerarse como un elemento clave para empresas que consideran la sostenibilidad una vértebra importante de sus valores. 

El agua no es un recurso menor, es vital y debe ser de gran importancia en los foros y decisiones políticas. 

En 2021, México enfrentó una crisis por sequía que dejó al 85% del país en una situación alarmante, sin mencionar que algunas presas se encontraron por debajo del 25% de su capacidad (NASA).(1) De acuerdo con CONAGUA, el 56% de los municipios del país tenían una crisis anormalmente crítica.(2) En 2022, la situación podría no ser tan diferente. 

De acuerdo con el artículo publicado en la Gaceta UNAM,(3) el esperado fenómeno de La Niña –aumento de los vientos alisios y bajas temperaturas en el océano– este 2022, podría agravar los riesgos de escasez hídrica por sequías. 

Esto definitivamente pone en alerta a las autoridades locales, cuyas acciones son titánicas ante los recursos con los que cuentan para operar. 

Foto: Johannes Plenio

En primer plano, el agua es un derecho que tenemos como habitantes del país. Lo indica el artículo cuarto de la Constitución Mexicana:

“Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos (…)”.

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Adicionalmente, México es signatario del compromiso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El objetivo 6 es asegurar el acceso universal al agua potable y la extracción sostenible, entre otros puntos. Sin embargo, el lugar que ocupa el tema hídrico en las discusiones y políticas públicas no corresponde a su importancia: desde la poca consciencia de la población en el consumo de agua, hasta los presupuestos asignados y el manejo y administración responsable en algunos organismos de agua. Ojalá no tengamos que padecer la escasez del líquido en carne propia, antes de comprender que esto se puede convertir en nuestra siguiente gran crisis. 

Además, se debe garantizar el recurso hídrico a la población, pues ante una pandemia y circunstancias de higiene necesarias, la población no debería sufrir la escasez como ya sucede en varios municipios del país. Y no solamente ante situaciones críticas, sino diariamente. 

En segundo plano, y esto desde una perspectiva de inversión y de negocios, lo que podría afectar mayores aristas económicas es la disponibilidad del recurso para la operación de las industrias. México es casa de industrias muy importantes en el sector de bebidas, industrias intensivas, entre otras. Si bien se les debe y se les exige una responsabilidad ambiental, muchas ya cumplen con acciones voluntarias que permiten una circularidad del recurso y tratamiento de agua para hacer mucho más sostenible su operación.  Por otro lado, los inversionistas comienzan a integrar como riesgo la disponibilidad del recurso hídrico; por ejemplo, Moody’s ha integrado este elemento como parte de los análisis de responsabilidad social, ambiental y gobernabilidad (“ESG” por sus siglas en inglés) y en sectores directamente afectados por sequías como  la agricultura.(4) 

El agua es un recurso muy valioso para diversas industrias que dejan una gran huella hídrica. Por ejemplo: para producir un par de jeans se requieren mínimo 7 mil litros de agua, unos tenis requieren 4,400 litros y una camiseta de algodón alrededor de 2 mil. Esto considerando únicamente la producción, de un artículo que será pronto desechado así funciona la fastfashion, pero también hay que sumar la contaminación hídrica que produce la industria textil. Por otro lado, en México el 1% de la población es la que tiene mayor riqueza, y lo mismo sucede con el agua, un 1% que equivale a 3,304 usuarios son dueños de 13 millones 183 hectómetros cúbicos anuales y los usan con fines lucrativos. Y así por medio de las concesiones un pequeño sector privado monopoliza el agua, la mayoría producen bebidas azucaradas. Baste decir que en México existen 653 mantos acuíferos, de los cuales 115 están sobre-explotados.

Ya la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) prevé que para 2030, la cantidad de litros cúbicos disponibles por año irá de 4,416 a 3,841 m3 por habitante.(5) 

Foto: Francesco Ungaro

Además de que las pérdidas en el sistema van desde un 20% a un 40% dependiendo de la entidad federativa en México, lo que contrasta con países como Dinamarca con una pérdida del 8%, y cuyo porcentaje se ha logrado no sólo por las soluciones aplicadas en los sistemas sino por una conciencia en la población que les ha permitido reducir en 40% su consumo hídrico. No podríamos comparar peras con manzanas, pero sí podríamos tomar experiencias que puedan servir en la mejora continua del sistema hídrico mexicano. 

Como mexicanos, empresarios, servidores públicos, o simplemente como seres humanos, nos debemos al deber moral de no dejar pasar las advertencias de esta crisis anunciada para años venideros, sino que debemos comenzar a actuar desde donde nos encontremos. El refrán popular dice: “cuando veas a tu vecino las barbas cortar, pon las tuyas a remojar”. Ya hemos visto la escasez y sequía de Ciudad del Cabo, procuremos evitar este extremo. 

El agua es vida. Debemos hacer consciencia de nuestro consumo de agua. Los que han sufrido la escasez del recurso, conocen la frustración y la importancia del vital líquido. Los afortunados que seguimos con disponibilidad de agua en el grifo 24/7, hagamos conciencia para un uso con menos desperdicio y sumarnos a las acciones que, desde diferentes roles, los organismos de agua, el gobierno, las organizaciones civiles, y las industrias están llevando a cabo, y en su defecto, exigir desde la ciudadanía un manejo y distribución equitativa y responsable.

Foto: Nyau Mimi

Sabemos que las entidades públicas sufren de una disponibilidad de recursos económicos limitados para realizar las obras y adoptar la tecnología necesaria, pero hay que reconocer la labor que muchos organismos y activistas realizan en la búsqueda de modelos viables para lograr la continuidad del servicio. Además de la identificación y autorización de nuevos pozos, y los ríos, hay áreas de oportunidad en el mejor manejo de aguas residuales y su reinyección al subsuelo, reutilización o bien verter nuevamente a cuerpos de agua para garantizar una circularidad sostenible. Hoy en día existen soluciones que por ejemplo permiten la generación de energía eléctrica a través del biogás generado de los lodos en Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales, lo que permitiría reducir los altos costos en la operación, pero este es otro tema en el rubro eléctrico que dejaremos para otra ocasión. 

México sigue siendo un país con vastos recursos naturales, pero tenemos que cuidarlos, y al igual que la pandemia, cuando tenemos aviso, no podemos dejar pasar las crisis anunciadas; porque lo que hagamos hoy tendrá un efecto mañana, pensemos en las generaciones futuras y actuemos  responsablemente y sobre aviso.


(1) https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/Mexico-segundo-pais-con-mayor-estres-hidrico-en-America-Latina-20190811-0077.html

(2) Presentación de PowerPoint (conagua.gob.mx)

(3) Advierten posibles condiciones de sequía para inicios de 2022 – Gaceta UNAM

(4) Research: Moody’s: Droughts and water stress in Mexico set to impact water-intensive industries – Moody’s (moodys.com)

(5) GAMA MORENO, Luis Antonio; Sánchez Rodríguez, Marco Antonio y Ochoa Franco, Christopher de Jesús. “Diseño de un Interfaz para la detección de fugas de agua”. Revista Digital Universitaria [en línea]. 1 de febrero 2010, Vol. 11, No.2 [Consultada: 2 de febrero de 2010]. Disponible en Internet: <http://www.revista.unam.mx/vol.11/num2/art23/int23.htm>

Redacción

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