¡Únete aquí a nuestro canal de Telegram!
Búscanos en redes: @Spesetcivitas
Por René Mariscal Gómez
Sé que a Dios puedo acercarme
y escucharlo en los sentidos,
presentirlo en mis latidos
y, en sus llagas, incendiarme.
Pero, ¿ bastará humillarme
ante su divina esencia
sólo implorando clemencia
por tan humana impureza?
Tal vez Dios con su franqueza
vuelque suya mi existencia.
0 comentarios