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Aquí en Spes, nos gusta pensar sobre el presente, el futuro y el pasado. Con los problemas que el capitalismo está teniendo, hicimos una serie de entrevistas para pensar en su esencia, y posibles alternativas. Aquí, entrevistamos al Dr. Javier Ros Codoñer, sociólogo de la Universidad Católica de Valencia, “San Vicente Mártir”.
1.- ¿Nos podría dar su definición de capitalismo?
Es bastante sencilla. Es el sistema económico que tiene como pilares fundamentales la propiedad privada, la libertad económica, la inversión constante de capital y el consumo. Ciertamente se trata de elementos que en abstracto no son necesariamente disruptivos con una sociedad de lo humano sino que se hallan en la base de legítimas aspiraciones individuales y sociales como pueden ser la búsqueda de mejores condiciones de vida, la libertad en todos sus campos, la satisfacción de necesidades más o menos necesarias… Sin embargo su imbricación con la autorreferencialidad y el poder conlleva indefectiblemente a un sistema económico, y por ende social, altamente volátil y opresivo para grandes masas de la población, tanto a nivel local, como regional y global.
2.- ¿Es sustentable? Ecológicamente hablando.
El capitalismo tal y como lo conocemos no es ecológicamente sustentable en ningún caso. Ello se debe a que el capitalismo por definición se sostiene en el constante crecimiento del beneficio, lo que implica el aumento de la producción y, por tanto, el aumento imparable en el consumo de recursos naturales y la generación cada vez de mayores tasas de desechos y contaminación. Ciertamente hay modos de producción que son menos depredadores y contaminantes, pero su uso está en función del beneficio empresarial, no en su mayor capacidad adaptativa a las necesidades medioambientales.
3.- Ahora se usa el término: capitalismo tardío ¿qué es esto? ¿cómo se sabe?
El capitalismo tardío simplemente es la evolución del capitalismo secular. Dadas las actuales condiciones globales y tecnológicas se trata de un capitalismo del que difícilmente es posible escapar pues invade prácticamente todos los rincones del planeta y cada uno de los intersticios de las vidas personales. El capitalismo es capaz de encontrar y hacer negocio de cualquiera de los ámbitos de la vida y hasta de cualquier ideología, véase sino la famosa imagen del Che Guevara realizada por Korda; los beneficios que produce por los llamados derechos de autor son enormes décadas después de la muerte de este destacado líder anticapitalista.
Bien sea porque nos hallamos en la parte que se beneficia, siempre hasta un punto, de este sistema económico, bien sea porque aportamos a él “sangre, sudor y lágrimas”, todos estamos implicados. Se trata de un capitalismo que ha maximizado todos los recursos humanos y tecnológicos con el fin de que unos cuantos alcancen cotas de enriquecimiento inimaginables hasta hace tan solo unos años. Como muy bien analiza Zuboff, vivimos ya en una era de capitalismo de vigilancia.
4.- Con tanta desigualdad, ¿puede haber una revolución?
Es difícil que se dé este proceso social, que por cierto, siempre es tremendamente desestabilizador y altamente manipulado por élites concretas. Desde luego en las denominadas sociedades occidentales es inimaginable cualquier tipo de movimiento social que conlleve complicarse la vida. Occidente vive bajo la tiranía del soft power que a través de la publicidad, las series de televisión, los iconos sociales y la música ha generado una sociedad-rebaño altamente narcisista y consumidora incapaz de “moverse” a no ser que sea “virtualmente”. En las sociedades en desarrollo es más posible que aparezcan procesos revolucionarios, sin embargo, tanto los modelos culturales occidentales mencionados, como las presiones de las grandes multinacionales y de muchos gobiernos corruptos se encargan de minimizar los riesgos de revueltas o los encauzan hacia fines que a medio o largo plazo acaban beneficiando siempre a las élites.
5.- ¿Qué opina del neoliberalismo?
Es la ideología que justifica el expolio del medio ambiente, el aniquilamiento de espacios naturales y culturas ancestrales, la esclavitud de gran número de personas en África y Asia especialmente, que nos condena a la obligación de elegir constantemente para así estar siempre consumiendo, que se opone frontalmente a la vida en familia y, en tantas ocasiones, al don de la vida, etc. La libertad como meta social e individual carece de sentido, la libertad siempre es “de algo” y “para algo” y, aun teniendo en cuenta esto, nuestras sociedades posmodernas la han transformado en fin de la existencia. De esta forma, la libertad por sí misma únicamente produce incertidumbre y, a la postre, frustración como muy bien analiza Illouz para el caso de las relaciones amorosas contemporáneas. Si la libertad no es el camino para la construcción de la sociedad de lo humano donde la verdadera dignidad de la persona sea la meta, donde la verdad, sea tan denostada actualmente, sea principio y fin del obrar, lejos quedará la libertad de convertirse en una aliada de las personas para erigirse en la más temible de las estructuras que oprimen al hombre.
6.- ¿Puede el capitalismo o el neoliberalismo resolver la desigualdad?
Jamás. El neoliberalismo defiende que el crecimiento económico basado en unas cotas elevadísimas de libertad conllevará en un primer momento al enriquecimiento de las élites para luego ir expandiéndose a modo de mancha de aceite al resto de la población. En cierta medida esto es cierto y basta con mirar el uso de tecnologías que iniciaron su andadura a precios muy elevados y sólo accesible para consumidores de alto poder adquisitivo y que, hoy, hasta los adolescentes poseen e incluso con varios aparatos por familia. Aunque se pueda hablar de cierta “democratización” de acceso a una alta gama de productos y mejora del nivel de vida, ello siempre será para una parte de la población (que cada vez es menor) , además, siempre nos encontraremos en nuevos inicios de dicho proceso, es decir de nuevas situaciones económicas que se parten desde arriba.
Además de todo ello, sólo basta con mirar los datos sobre beneficios de las multinacionales y de los grandes empresarios nacionales o globales para ver cómo sus beneficios han aumentado de modo considerable en 2021, con pandemia incluida por cierto. También puede apreciarse en los procesos de concentración en grandes fondos de inversión como son Black Rock o Vanguard, auténticos imperialistas económicos mundiales. El neoliberalismo es creador de desigualdades siempre, esta realidad forma parte de su adn.
7.- ¿Qué alternativas hay al capitalismo y sus variantes, sin ir al pasado, considerando que el socialismo ya ha fracasado?
Tal y como ha demostrado la historia, si lo que se pretende es modificar un sistema social, en este caso centrado en el aspecto económico, no es suficiente con que se dé una contraposición o combate de ideas. Al final, las ideologías conllevan multitud de creencias e intereses más o menos ocultos de los líderes que las generan o viven a costa de ellas. Es fundamental encarnar nuevos modos de relacionarnos, modos de vivir que apuesten por la profunda e irrenunciable dignidad humana que necesariamente deben actualizarse constantemente. No se puede mejorar la estructura social si no hacemos personas, individuos, cada vez más responsables, comprometidos y capaces de vivir su dignidad personal como lugar de encuentro y entrega por el otro. No hay dignidad subjetiva, porque la objetiva es inalienable, sin donación.
En este contexto, se pueden enumerar algunos elementos o vías de reflexión interesantes para llevar adelante una sociedad de lo humano. El primero es la defensa de la propiedad privada porque favorece el interés por mejorar y producir y porque si algo no es tuyo no puedes compartirlo. En este sentido, la segunda variable sería el destino comunitario, o universal si se prefiere, de los bienes; para ello es necesario entender la realidad desde la hermenéutica del don, lo que únicamente se sustancia en la relación familiar vivida como tal desde la infancia. El tercero sería la potenciación de la familia como primera sociedad y única generadora de virtud social que haría posible el resto de elementos. En tercer lugar, el desarrollo de iniciativas civiles y asociativas encaradas a potenciar los circuitos económicos informales, no monetarizados y encuadrados en la economía del don. En cuarto lugar, un Estado subsidiariode las realidades sociales más cercanas a las personas concretas (familia, escuela, comunidad local…). En quinto lugar, un mundo productivo, empresarial concienciado y acompañado por una esfera ética al servicio de la integralidad de la persona. Finalmente, una Iglesia a la altura de las circunstancias, generadora de enriquecimiento personal sin límites, aquí sí, a través de facilitar el encuentro de los fieles con Cristo resucitado y de generar espacios de acogida y encuentro sincero con aquellos que se acerquen a ella. Se trata de favorecer modelos sociales donde la persona, las comunidades primarias y las estructuras sociales amplias puedan tener su papel en función del resto de realidades y, en última instancia, de cada persona concreta.
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