Pedro González Álvarez Malo
“Llegando al sitio llamado Gólgota –que quiere decir lugar de la calavera-, dierónle a beber vino mezclado con hiel, mas en cuanto lo gustó no quiso beberlo. Después, los soldados se dividieron los vestidos echándolos a suertes, y sentados, hacían allí la guardia.”
Mt. 27, 33 – 36
Cuando se reparten las vestiduras de Jesús, estaban cumpliendo lo que estaba escrito y Jesús, siendo Dios dio todo para salvarnos hasta su ropa. No bastó con que Él, Dios, se hiciera hombre para redimirnos, sino que hasta lo despojaron de su dignidad y lo humillaron frente a todo el pueblo. En realidad, Jesús fue crucificado desnudo, aunque en los crucifijos esta prohibido ponerlo desnudo porque es Dios y su dignidad debe ser respetada. Jesús se humilló a si mismo para salvarnos. Si el hubiera querido conservar su dignidad, lo hubiera hecho. Jesús tuvo que renunciar a todo para salvarnos. Cuando Jesús renunció a esto, demostró que las cosas materiales no son importantes para ir al reino de los cielos.
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