En el fin, incluso
Donde el amante, loco, desfallece,
donde se mezclan mares y horizonte
y se termina el paso tras el monte
y un viejo sabio, mudo, se estremece,
donde ya no hay dolores y, parece,
también las esperanzas se acabaron
y todos lo que sueños levantaron
perdieron lo que no les pertenece…
Ese mal campo, en fin, de certidumbre,
ese final do reina la costumbre…
Allí alzaste un brillo de tu fuego
(Lujo de fénix, diversión de dioses);
de allí brotó un destino, pero luego
volví a la obscuridad que tú conoces.
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