Por Gianella Cruz
Nadie sabe lo que significa hasta…
Nuestras miradas y nuestras últimas esperanzas de percibir la llegada de la Navidad, se posaron en aquel gran centro comercial. Si bien la fecha estaba marcada en el calendario, a nuestro alrededor parecía una tarde de otoño cualquiera. Nos desconcertaba la ausencia de la algarabía en las calles mientras nuestras miradas buscaban algún adorno decembrino.

Nuestros corazones ansiaban sentirse más cerca de nuestras familias, hogares y tradiciones.En aquel pueblo en medio del desierto percibimos una imagen familiar: un centro comercial que nos daba la esperanza de encontrar lo que tanto añorábamos.Después de recorrerlo por unos minutos, descubrimos un pequeño árbol artificial como aquellos que adornan cualquier escritorio de oficina.Sabiendo que ese arbolito sería el único rastro de la Navidad en una tierra lejana, mis amigos y yo no pudimos contener las ganas de hablar con nuestras respectivas familias.Y así fue como experimentamos la Navidad más extraña, que con su ausencia nos hizo revalorar su verdadero significado y sentido en nuestras vidas.

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