No miren hacia adentro

por | Ene 4, 2022 | 0 Comentarios

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El año 2020 va a quedar en la memoria colectiva como el año del impacto. El impacto meteórico de un virus que se cobró muchas vidas y alteró de manera definitiva el curso de nuestra vida cotidiana. 

El 2021 se inició con la esperanza puesta en la aparición de las vacunas. Pero si bien sus avances son notorios, los coletazos del shock inicial perduran con fuerza, y las secuelas de esta pandemia todavía son incalculables. Todo eso sin mencionar el negacionismo antivacunas. 

El 2022 recién está comenzando y no sabemos aún qué nos depara. Veamos por lo pronto cuáles son los temas que el cine nos anticipa. Netflix nos propone la historia de otro impacto: No mires hacia arriba (Don´t look up). Hagamos una breve reseña.

No mires hacia arriba trata del inminente impacto de un cometa contra la Tierra y el desesperado intento de dos científicos, una estudiante de astronomía y su profesor, por hacer entender al mundo sobre la devastación planetaria que generará si no se toman medidas a tiempo. La necedad del cálculo político, la desinteligencia de la administración pública, los intereses económicos de los actuales gigantes tecnológicos, la polarización de la opinión pública y ese vulgar negacionismo popular que ya nos es natural anuncian el inevitable final sin necesidad de spoilear. 

¿Cómo es posible no reaccionar ante la total evidencia de un peligro tan enorme? ¿Qué más pruebas se necesita para hacer de una vez por todas lo que ya se sabe que hay que hacer? Cuando al parecer ni siquiera el “ver para creer” basta, el mensaje tiene que ser más rudo. La película trata de un cometa a punto de impactar contra nuestro mundo, tal como lo conocemos. Esta es la trama, pero en realidad el tema principal es otro.

La película trata precisamente del peligro de un drástico impacto y de cómo reaccionaríamos ante él y, lo peor, de cómo reaccionaríamos en general ante la proximidad de un cataclismo todavía evitable. Por eso es claro entrever que más bien se refiere ante un impacto sí, pero al “impacto ambiental” que nuestras irrenunciables prácticas cotidianas provocan: la contaminación de todos nuestros elementos vitales, el aire, la tierra y el agua, y el consecuente cambio climático que esto acarrea, y sobre el frustrante intento de los científicos por hacernos entender que ese impacto es un hecho que podríamos evitar. Sus protagonistas son por eso precisamente dos científicos. Ella, una joven que, como la activista sueca Greta Thunberg, por la ferocidad y crudeza con que advierte sobre la gravedad de estos problemas es cruelmente denostada en las redes sociales y ridiculizada a través de burdos memes. Él, más estereotipado, logra tener mayor llegada a los medios masivos de comunicación y a las altas esferas del poder político, económico y tecnológico. Pero justamente por eso mismo queda enredado en los vicios de estos y su ruego tampoco se hace escuchar. 

La principal virtud de esta película es la obviedad de su mensaje. Enmascarada en una divertida parodia, hace uso de todos los elementos comunicativos para sacudir hasta el más distraído. Está dirigida en un lenguaje inequívoco al común de los mortales, para que respondamos ante las señales de alarma que ya suenan en todos los puntos del planeta. Hasta incluye un show musical, por si todavía alguien no había entendido del todo. Tal como aparece en los anuncios “está basada en hechos que podrían ser reales” y como tal no es una mera ficción de la realidad, sino que muestra la realidad de la ficción en la que la vorágine de nuestro actual sistema mundial nos obliga a seguir viviendo negando sus daños. Una amenaza semejante como la de un cometa en irrefrenable picada hacia la Tierra es una evidente alegoría de los peligros ecológicos en la que estamos inmersos y cuyo tratamiento ya no es posible postergar.

Finalmente, no se trata de mirar hacia arriba, ni hacia abajo, sino hacia adentro nuestro, hacia adentro de nuestra sociedad, hacia adentro de nuestra especie para entender cómo manejarnos sanamente con el entorno del cual somos parte. 

Mariana Barry

Mariana Barry

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