Por Tomás Galindo Álvarez Malo
La Navidad es una época muy especial: la ciudad, las calles, las tiendas y las casas se llenan de luces y de adornos, y se ven muy bonitas. Pero la Navidad no consiste en adornar, recibir juguetes y los regalos. Celebramos en esta época que el señor Jesús, el salvador nació. Y esto significa que no nace en un lugar común; cada navidad nace en tu corazón, en tu alma.
Lo más importante no son los adornos o las luces, sino recordar lo que pasó.
El adviento sirve para que te prepares a recibir a Jesús en tu corazón. El año y el tiempo de Adviento son para que te prepares para la Navidad.

Ese tiempo de preparación te sirve para que tengas paciencia antes de que empiece la Navidad. Nos preparamos para recibir a Jesús rezando y haciendo buenas obras.
Es fácil distraernos comprando adornos y regalos, las tiendas suelen estar muy llenas, y es cansado comprar.
A nosotros los niños nos encanta recibir regalos, pero esta Navidad será diferente y quizá nos den menos regalos o no nos den lo que queríamos. Lo más grande, y lo que no nos va a faltar es la llegada de Jesús.
No tiene nada de malo adornar, pero si una persona está adorne, adorne y adorne sin saber qué significa la Navidad, espera en vano, solo espera para adornar.
En cambio, una persona que sabe el significado de la Navidad, todo el tiempo que espera sirve de algo: aunque no adorne nada, vale más el tiempo que esperó que si se hubiera atascado de adornos su casa. Al final su espera es reconocida por Dios. Más que adornar, hay que estar listos para que Jesús nazca en nuestro corazón y en nuestra alma.

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