Siempre me he sentido raro. La gente opina cosas y, por alguna extraña razón, en mi caso, las cosas funcionan de otra manera. Aún recuerdo cuando alguien dijo, en una clase, que la música clásica dormía. Yo pensaba en mis adentros: “¿Cómo pueden dormirse si están pasando tantas cosas que uno apenas y tiene tiempo de distraerse?”
Peor aún, cuando alguien decía que la música clásica era para el estudio y la relajación, yo pensaba: “¿Qué? ¿De verdad se pueden relajar con las imágenes que te presenta Rachmaninov? ¿De verdad van a relajarse con La bella molinera? No me veo durmiendo tranquilamente pensando en el suicidio de un joven en el río con la desgarradora pieza final”.
Pero esta rareza mía va más allá. Mucha gente dice que es necesario el uso de drogas para entender a The Doors o que es demasiado para ellos las piezas largas y psicodélicas. Es ahí donde yo me pregunto ¿Hay algo mal en mí? Quizá, o quizá sólo fue que cuando era niño me quedó muy claro el mensaje de Fantasía, mi película favorita de Disney y que aún siendo adulto puedo seguir sintiendo que es verdaderamente una obra de arte.
Intermedialidad
¿Se han puesto a pensar lo diferentes que son las artes entre sí? La pintura usa imágenes para comunicar su mensaje; la literatura, letras; la música, sonidos. Cada arte ha ido evolucionando y encontrando sus propios modos de organizar su materia prima para generar en el espectador diferentes reacciones. Sin embargo, nunca han estado del todo separadas; desde la poesía per se que nació ligada a la música en forma de canto, hasta la gran unión de las artes en representaciones multimedia como la ópera o el cine.
Más allá de lo antes señalado, hay una relación aún más profunda: la inspiración. Esto va desde lo más burdo: hacer películas cuyos protagonistas sean músicos (La leyenda de 1900, por poner un ejemplo), o canciones que hablen sobre pintores Vincent de Don Mclean o libros From whom the bell tolls.
Dichos ejemplos van más allá cuando, al hablar de la música en la literatura, o elaborar canciones sobre pinturas, no sólo se toca a la música como tema, sino que la propia estructura del arte creado toma detalles del arte que sirve como inspiración. Así tenemos novelas o textos sobre músicos como puede ser El perseguidor de Cortazar, cuya estructura y enfoque filosófico se basan en una manera de interpretar el mundo como si fuera música.
En este punto, encontramos que la relación se puede volver sumamente interesante al querer transportar detalles estructurales del sonido a la palabra o hacer un poema con movimientos sonoros similares a los de una sinfonía, por poner unos ejemplos, se da una revitalización del propio género. Y esto es lo que hace a esta película una obra de arte, ya que utiliza los mismos principios de intermedialidad, de transportar elementos musicales a lo cinematográfico.
La estructura y la base
Una de las ventajas de la locura por Disney+ es que parece ser que vas a poder tener acceso a esta película y verla en todo su esplendor con base en los detalles que a continuación te voy a compartir.
Primero, hay que hablar de la inspiración, pues Disney, el personaje histórico, siempre se caracterizó por ser un sujeto sumamente culto y que se preocupaba por darle un tratamiento artístico y de difusión cultural a muchos de sus productos. Véase el Podcast que grabé con mi hermana para profundizar en esto.
De igual forma, la película Fantasía nace de la inspiración de ver “A color box”, un anuncio que utilizaba la música de Jazz como inspiración para experimentar con el color y la línea, mismos que cambiaban y se movían siguiendo los patrones rítmicos de la música. En otras palabras, usaban la intermedialidad, traducían el idioma del sonido al idioma del color y el trazo animado.
Walt Disney decidió hacer lo mismo con un corto que, con el tiempo, se transformó en un largometraje bellísimo.
Algunos detalles a evaluar
El proceso de traducción del lenguaje musical al animado en este largometraje se apoya de dos principios fundamentale:
- La música tiene movimiento dinámico sonoro que incita a un movimiento físico corpóreo (como cuando escuchas una canción y te mueves según el ritmo para bailar).
- La música cuenta una historia.
Desde el punto de vista didáctico, encontramos cómo el narrador, al principio del metraje, nos va explicando con una línea animada el comportamiento dinámico del sonido con respecto a cada instrumento. La manera en la que esta se mueve depende del ritmo, la intensidad (volumen) y la tesitura (si es un instrumento grave o agudo). Este pequeño segmento, cuando era niño, no hizo sino ponerme frente al televisor y entender que los comportamientos del sonido iban a tener un impacto en el movimiento animado de la película, ya estaba sensibilizado.
En La consagración de la primavera de Stravinsky podemos observar cómo cada detalle tiene un correlato y una intencionalidad que hermana al movimiento animado y al movimiento musical: cuando son movimientos suaves, hay instrumentos agudos con ritmos rápidos e intensidad disminuida; cuando los dinosaurios pelean, el drama de la escena y la representación de la muerte va acorde con la intencionalidad de la música.
En esta pieza también se entiende el segundo principio: la música cuenta una historia. Sin embargo, hay que hacer un par de aclaraciones. La consagración de la primavera es una pieza en la que Stravinsky nos presenta un ritual pagano donde hay un sacrificio humano. Por razones obvias, en la película no iban a poner a una mujer desnuda bailando hasta la muerte para un público infantil. Optaron por tomar esa atmósfera primigenia del estilo de la pieza para ambientar otra historia: la creación de la vida en la tierra, el nacimiento del reino de los dinosaurios y su extinción.
Este cambio me pareció increíble, pues rompieron dos pájaros de un tiro: difusión del arte y difusión científica. Lamentablemente, la obra, para poder contar con precisión los detalles de la creación, hacer la imagen de la lava, de los primeros animales y la batalla de los dinosaurios y que esta tuviera una coherencia narrativa lineal, tuvieron que modificar mucho la obra de Stravinsky, al grado de intercalar algunos movimientos, resaltar ciertas notas, repetir partes. Creo que esto fue más que necesario, pues esto no dejaba de ser un proceso de reescritura cinematográfica.
Sensibilidad e imaginación
Ver y disfrutar esta película una y otra vez hizo que me quedara claro que para disfrutar la música uno debía poner atención a dos puntos importantes: lo que el movimiento significa (la fuerza dramática, la lentitud o la rapidez tienen un significado especial en la pieza) y que la música instrumental cuenta una historia, sólo que hay que cerrar los ojos, hay que imaginar la acción con base en las pistas del tipo de inflexiones musicales que hay, pues ahí están los giros narrativos o las descripciones que tendríamos en una narración lingüística.
Todo esto ayudó a que yo disfrutara canciones de larga duración o clásicas. No por la longitud, sino porque me quedaba embobado tratando de encontrar la historia que me estaban contando. Me hicieron sensible a cada pequeño cambio que había, que implicaba un nuevo elemento dramático.
Yo dec ¿Cómo se aburren si están contando toda una historia? ¿Cómo te vas a relajar si hay demonios, brujos y dinosaurios peleando en esas historias? Agradezco infinitamente a esta película por enseñarme a encontrar tamaña cantidad de música que está ahí para que uno se pierda en su instrumentación. Vean la película y presten mucha atención a cómo la animación traduce estos principios en cada una de sus piezas.
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