Desde la Segunda Guerra Mundial no se había presentado un conflicto tan sangriento como la Guerra de los Balcanes. Una guerra que duró aproximadamente una década y que culminó con la desaparición de Yugoslavia y la creación de Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Montenegro y Macedonia. Fue una guerra reciente, que comenzó en 1990 y terminó en el 2001, que causó grandes estragos. La población se recupera, son testigos, al igual que los edificios, de lo que nunca debe volver a pasar. Los orificios de las balas son un recordatorio constante. El pequeño pueblo de Mostar fue reconstruido, pero no borraron todas las huellas, porque a fin de cuentas las heridas también son parte de nosotros.
Entre el ruido y la prisa de Jerusalén
Entre el ruido y la prisa de Jerusalén, un hombre detuvo el tiempo, sin vergüenza, no como en ocasiones puede ocurrirnos, que nos persignamos rápido para que otros no vean. Abstraído del mundo, en un diálogo personal, hace de su vida una oración constante.
0 comentarios