El Bar Mitzvá es un momento crucial en la vida de todo niño judío. A partir de los 13 años el niño es responsable de su propia fe, puede ser llamado a leer la Torá y también seguirá los 613 mandamientos. Sin embargo para llegar a este punto el niño ha sido preparado: vive la fe de sus padres. La fe se transmite de padre a hijo. El padre emocionado, orgulloso y con amor, ora junto con su hijo en el lugar más sagrado para el judaísmo: el Kotel o Muro de los lamentos. Un momento conmovedor, donde padre e hijo, unidos en un mismo abrazo, en una misma fe, levantan juntos una oración.
Foto: Mauricio Fajardo
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