Violencia y arte: una pasión hacia la destrucción catártica

por | May 6, 2021 | 0 Comentarios

El mito dice que Cronos tomó a sus hijos y los devoró. En otro, Hunahpú e Ixbalanqué fueron descuartizados luego de ser engañados por los seres de Xibalbá. Incluso, hay uno donde un maestro budista asesinó a una vaca de una familia pobre ¿Luego? Zeus asesinó a Cronos, y de la sangre de sus testículos que tocó el océano nació Afrodita. Los gemelos mayas renacieron, tomaron su revancha y ascendieron a los cielos para transformarse en el sol y la luna. La familia encontró una forma de superarse al no vivir de la vaca. De la violencia, del terror, del grito y el asesinato viene la transformación del individuo. Aristóteles (ya en el plano artístico, propiamente de la tragedia griega) lo llama catarsis.

Génesis de la violencia en arte

La violencia y el arte han establecido una relación cruda desde sus inicios como narrativas mitológicas para representar simbolismos sobre la vida. Estos llaman a nuestra compasión, atención, instinto más primitivo que representa al caos y entendimiento de un entorno sin sentido como es la existencia. Si algo odié cuando pude ver la película de Hércules de Disney fue notar que toda esa violencia había desaparecido. Ni Era, ni Hércules, ni Zeus tenían un atisbo de ese sentido agresivo tan atractivo y humano. Lo que me había leído mi hermano cuando era chico era mucho mejor que esa película. Cuando la violencia desaparece, se pierde algo: emoción, profundidad y sentido. 

Evidentemente, hay violencia presentada de manera gratuita que a uno le termina siendo aburrida. Pero cuando esa violencia posee un concepto, una idea fuerte que desea plasmar, se transforma en verdadero arte. ¿Qué podría representar la violencia? Reflexiones sobre la muerte, la oscuridad, la injusticia. También puede suponer una prueba de valor, fuerza y tenacidad. La violencia es un elemento de la resurrección y transformación de un individuo.

https://www.youtube.com/watch?v=WFustuArbdU
Dragon ball usa la violencia para plantear el simbolismo de la superación para afrontar obstáculos

Música y violencia

El rock es un ejemplo claro. The kinks no querían expresar: “Te quiero mucho, mi amorcito”, sino hablar de ese mismo instinto juvenil. Cuando uno es joven no espera, desea y se arroja a un erotismo que más radica en lo pornográfico, en lo animal. No se asusten, cometer una “tontería” amorosa siendo adolescentes puede ser muy perjudicial, pero a veces también es inevitable y algo “sabroso”.

En fin, esto los llevó a rasgar sus bocinas y lograr una “proto” distorsión. Este invento cambió la música para siempre al abrir una nueva paleta de colores para la expresión de todo aquello que es agresivo. De ese acto disruptivo se aprende, se pone en duda la personalidad, se experimenta y se vive. 

Dave Davis explica aquí por qué buscaban la distorsión al hacer música

El rock no sólo se expresa con la tecnología, también con las capacidades del cuerpo humano. Raspar la voz, hacer los distintos tipos de guturales, también nace de asimilar el concepto a tratar. Julian Casablancas, por ejemplo, expresa la desesperación contenida de un sentimiento que explota en Reptilia; Eric Clapton, la profunda pasión y ruego por estar con un amor prohibido en Layla; Nocturno Culto, un resurgir fantasmal y rencoroso de una cultura sepultada por el cristianismo en los bosques noruegos en En vind av sorg. Todo, aunque no seas fan del rock o el metal, tiene un sentido, expresa una situación emocional subjetiva que como espectador te mueve.

El slam, que es empujarse en los conciertos al ritmo de la música, sacudir la cabeza, brincar, gritar también completa el ritual. Uno termina expulsando todos sus demonios, aliviando el estrés o agarrando coraje para atreverse a hacer algo.

La agresividad en años de rock y en diferentes países ha encontrado maneras muy diversas de expresarse. Ha funcionado para hablar desde el lado oscuro de la mente hasta las ansias por superarse. Igual, algunos no se lo han tomado tan serio y hacen sátira y el humor gracias a la agresividad.

Pero esto viene desde Bethooven, respondiendo al sentimiento romántico y a su sordera, desde los rituales con tambores para llamar a los dioses. También el Rap y el trap, de una manera distinta, captan la esencia de la violencia. A estos se incluyen la música electrónica que maneja velocidades y la violencia de la euforia dentro de los antros.

Sólo para rematar voy a decir que la música, desde la simple armonía que necesita tensión y resolución, requiere de un quiebre, de una pugna.

https://www.youtube.com/watch?v=CipO1XGh4QM
¿Es esto o no un ritual para sentirse vivos en una época tan plástica como el siglo XXI?

Narrativa y violencia

La literatura, al ser deudora de las narrativas mitológicas, requiere de la violencia. El género policial nace de darle sentido a un asesinato através de la búsqueda del asesino. En la trama, se comprende el contexto que llevó a dicho crimen a cometerse. Humanizar el acto, criticar a la sociedad o entender este crimen desde muchas perspectivas novedosas más allá del morbo son sus aportaciones. Shakespeare es un sabio ejecutor de la violencia en el escenario para representar conceptos de la existencia del hombre. Con ellos, nos aterra de los límites a los que llegan los vicios. Incluso, la novela más importante de la lengua española, el Quijote, es la ejecución de la violencia física como un recurso humorístico. No sólo ridiculiza al personaje, sino que nos presenta la grotesca temporalidad presente que rodea al personaje. El humor también es disruptivo, por cierto.

La violencia en el cine es igual de importante. Quizá aún más en el cine de David Fincher. No necesariamente por la temática, sino por la vertiginosa representación del punto de vista que nos transmite la cámara y la edición. También está en la crudeza con la que algunos personajes nos son mostrados al grado de sernos sumamente incómodos y atractivos al mismo tiempo. A esto se suma la escritura de tramas que nos ponen al filo del sillón con los giros. Sin mencionar la escena final que siempre impacta, un cierre contundente que te deja pensando: “¡Qué acabo de ver!”, un shock.

https://www.youtube.com/watch?v=11eBZd7zdbs
El final de la película “The fight club”

Arte vs amarillismo

En fin, de violencia y arte, podría hacer una tesis de mil páginas. Y varios ya han escrito al respecto. Terry Eagelton tiene un libro titulado Sweet Violence que hace un estudio político de la tragedia. En ¿Por qué la ficción?, Jean-Marie Schaeffer hace un análisis muy interesante de la ficción y la realidad, donde demuestra que este miedo por la influencia del arte violento en la sociedad no es más que una trasnochada repetición del miedo de Platón hacia los artistas que expulsó de su República.

Por lo mientras, sólo me gustaría decir que yo mil veces prefiero el arte violento al encuentro directo con la violencia en la prensa “barata” (porque los periodistas de verdad, que arriesgan sus vidas todos los días, tienen su lugar merecido con el uso legítimo de la violencia en su escritura), pues el arte al menos busca la catarsis, te cambia, te purifica o te hace reencontrarte en un espejo oscuro y entender la violencia (como lo hace la mitología o la literatura) a niveles más allá, mientras que el amarillismo se coloca como una adicción cruda y sin tratamiento, directo al morbo, al miedo, a la suspensión de la profundidad de la muerte por el sólo hecho de ganar dinero con tu consumo acrítico.

Por eso amo la violencia en el arte, así que les dejaré una playlist llena de energía y fuerza con algunas de las canciones antes mencionadas y más, donde se puede ver cómo la violencia puede ser usada para expresar un millón de cosas y lograr muchos colores en la música. Admito que encontrarán mucha música que sentirán que es puro ruido y les causará más repulsión que el amarillismo, pero me parece una manera más genuina de expresión al ser humanos comunicándose con humanos, tratando de mostrar esas experiencias estéticas que existen aunque a veces llegan a no ser lindas, y no humanos manipulados por humanos. Incluso, es todo lo contrario, la violencia en el arte es un grito primario de liberación y transformación.

YakamÍ Machado

YakamÍ Machado

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